Monto en bicicleta en Madrid y puedo decir que es una ciudad hostil a la bicicleta. Hostil por sus conductores, peatones y los mismos ciclistas. Hostil por la configuración de sus calles y carriles. La terrible contaminación y el ruido. Y sin embargo, disfruto pedaleando por sus calles. Sobretodo los domingos por la mañana y los días de diario fuera de las horas punta.
Ahora que vivo en Colmenar Viejo, me desplazo en tren de cercanías hasta Madrid con mi bici. Y Desde cualquiera de sus paradas en Chamartín, Nuevos Ministerios, Sol o Atocha, tomo mi bicicleta hasta mi destino, procurando cruzar en algún momento por el parque de El Retiro.
La bicicleta me proporciona una sensación de libertad, de sentirme bien, de disfrutar del camino, de las hermosas calles, edificios y plazas y de su ambiente, como no me proporciona ningún otro medio de transporte. Con la bicicleta puedo recorrer una mayor distancia que a pié. Sin embargo, hay días que dejo la bici para desplazarme caminando si la ruta es más corta.
Desde los doce años circulo por la ciudad en bicicleta. Al principio lo hacía por mi barrio, también por la Casa de Campo y durante las vacaciones de verano en la playa. Participé por primera vez en la segunda Fiesta de Bicicleta en Madrid, en 1979 y ya por entonces paseaba con frecuencia por la ciudad. Iba cada domingo al circuito de la calle Príncipe de Vergara a “dar unas vueltas” y más tarde, se convirtió en mi medio de transporte habitual por la ciudad.
También he usado mucho el Metro, y debo admitirlo también el coche y la moto.
Pero me sigue gustando más la bici. Durante estos años o décadas se ha tratado de facilitar el uso de la bicicleta, de hacerlo más seguro. Se han habilitado carriles bici sobre las aceras, perturbando el paseo de los peatones, o en carriles compartido en el centro de la calzada, exponiendo a los ciclistas al tráfico más rápido de autobuses y taxis por la derecha y otros vehículos por la izquierda, por delante y por detrás. Una exposición que a muchos ciclistas asusta y los disuade finalmente de usar la bicicleta.
Como consecuencia de ello, sólo vemos unos pocos aventurados ciclistas circular por la ciudad. Tengo la impresión de que quienes han diseñado el uso compartido de carriles con la bicicleta han circulado muy poco en bici por Madrid. En ningún caso llevarían a sus hijos al cole por dichos carriles.
A menudo los carriles bici se interrumpen y no tienen continuidad. Las vías ciclistas en las aceras son ocupadas por peatones y cuando hay obras sobre ellas no tienen caminos alternativos.
El Ayuntamiento de Madrid define a los carriles compartidos en la calzada como: “Vía ciclista especialmente acondicionada, destinada en primer lugar a las bicis y en la que los vehículos motorizados deberán circular a una velocidad máxima de 30 Km/h, o inferior si así estuviera específicamente señalizado.
Tipos de Vias Ciclistas. Ayuntamiento de Madrid
Yo os puedo decir que nosotros los ciclistas no estamos en primer lugar ni los vehículos motorizados circulan a una velocidad máxima de 30 km/h. La realidad es bien distinta.
Las vías ciclistas deben formar parte de rutas de larga distancia que crucen la ciudad de tal manera que formen una red de vías que permitan acceder a todos los rincones de la ciudad para que cumplan con su cometido de convertirse en un medio alternativo de transporte.
Quiero llamar la atención sobre la falta de espacios de aparcamiento para bicicletas que sean seguros. Durante mis años como ciclista me han robado cuatro bicicletas. Una en Madrid, otra en Barcelona y dos más en un pueblo de la Sierra de Madrid. Las zonas de aparcamiento de bicicletas NO SON SEGURAS.
Lo último que quieres es que te roben la bicicleta. Si eso ocurre, no la volverás a ver nunca más. La ciudad debería tener zonas de aparcamiento seguras, ya sea pagando. En aparcamientos públicos para vehículos, en centros comerciales, supermercados, polideportivos, colegios y universidades.
En Madrid disponemos de varios servicios de alquiler de bicicletas. Yo me adherí a uno de ellos y empecé a usarlo, pero no me gustan. No me gustan esas bicicletas. A mi me gusta usar mi bicicleta pero ésta es una cuestión particular. Cuando no puedo disponer de mi bici, entonces si alquilo y lo he hecho en otras ciudades y países, incluso para hacer rutas largas de semanas.
Servicio de alquiler. Bici Mad Mobike
Si incrementamos la seguridad, comodidad y tranquilidad para los ciclistas, muchos más circularían a diario como ocurre en otras ciudades del mundo.
Cada semana voy a un centro deportivo a hacer natación. Allí se realizan también otras actividades deportivas, gimnasio con aparatos, cintas y bicicletas estáticas. Sin embargo, mi bicicleta suele ser la única en el aparca bicicletas. No comprendo cómo casi nadie emplea su bicicleta para llegar hasta allí para luego dar pedales y sudar la camiseta en un aparato que no se mueve. Después de haber llegado allí en coche.
Los ciclistas en Madrid no somos bien vistos por el resto de los usuarios de la vía. Somos incómodos, peligrosos, imprevisibles, agresivos. Circulamos en tensión frente a todas las dificultades del tráfico y la hostilidad manifiesta de una gran mayoría de nuestros vecinos.
Es verdad que muchos de nosotros debemos circular con más cuidado y respeto por los peatones, los semáforos y pasos de peatones. Pero nosotros contribuimos a crear una ciudad más limpia, más amable, libre de ruidos, de humos, de contaminación y con ellos favorecemos nuestra movilidad y la de los demás.
Las bicicletas, los vehículos eléctricos ligeros y el transporte público así como los espacios más amplios para caminar son el futuro de las ciudades, grandes y pequeñas.
La configuración del tráfico debe cambiar igual que la presencia de vehículos aparcados en las calles ocupando el espacio necesario para la circulación de bicicletas y personas.
Después de conocer otras ciudades del mundo, puedo decir que Madrid tiene un gran sistema de transporte urbano e interurbano. Y sería una ciudad aún más atractiva si dispusiera de vías preferentes o exclusivas de bicicletas y otros vehículos ligeros, así como de sus correspondientes plazas de aparcamiento.
También creo que España debería ser uno de los países líderes en la transformación de las ciudades, acomodándolas a los nuevos medios de transporte, a la peatonalización del centro histórico, teniendo en cuenta que es una potencia mundial en turismo y recibe millones de visitantes cada año.